Los que me conocéis os extrañaréis por el título. Los que no tomaréis esto como una historia más. No os juzgaré ni a unos ni a otros, no lo veo justo, solo quiero dejar constancia de lo que acabo de ser testigo.
Os pondré en contexto: hace unos días, el 12 de Agosto me encontré en Portonovo una pequeña feria del libro. Obviamente pasé a visitarlo y a ojear, y en uno de los tenderetes me encontré con que tenía varios ejemplares de Ciencia Ficción. Algunos ya los tenía, otros los conocía y unos cuantos los ignoraba por completo. Un título me llamó la atención: “El fin de la Eternidad”.
Conocía esta obra de Asimov por mi padre, que me habló de ella en una ocasión hace muchos años (esto está vinculado a una historia que tuve con L y un cine, pero eso lo dejaré para otra ocasión). Según cuenta mi madre el libro se perdió porque mi padre lo prestó (como siempre).
Cuando lo vi supe que me lo tenía que llevar, a pesar de que estuviese algo estropeado y manido. Regateé un poco con el tendero y se lo compré por 4€.
Voy a obviar la historia del libro por un momento e iré al grano. Esto es lo que encontré en la página 234:
Una nota.
“5206317
Dejame
aprender
a quererte
-Yo-”
Me quedé helado en cuanto lo leo, 4 simples palabras escritas en una nota con la propaganda de Fortuna que tienen mucho significado. Es entonces cuando este significado me abruma. Las posibilidades son infinitas, quizás “yo” le regaló este libro a quien amaba, deseando que le diese una oportunidad para estrechar sus corazones. O quizás la nota la metió en uno de sus libros favoritos a la espera de que volviese a leerlo. o quizás... a saber. Lo que sé seguro es que la nota llegó a mí y tengo la sospechosa seguridad de que no llegó a su destinatario original. Quedó tristemente encerrada entre las páginas 234 y 235. Viajó desde a saber dónde hasta llegar a una pequeña feria en Portonovo donde un chico lo encontró “por casualidad”.
Podría haberse perdido, pero la nota se agarró con fuerza.
Los vendedores podrían haberla quitado, pero la nota se escondió sigilosa.
El libro podría haberse quedado sin vender, pero el destino quiso que la nota fuese encontrada.
Y ahora sonrío, porque un detalle tan tonto como este ha conseguido que esa parte de mí que aún cree en los detalles románticos despierte de su largo letargo. Porque espero que le hayan dado esa oportunidad a “yo” de aprender a querer a esa persona. Y sobre todo, porque si esta nota ha tenido un efecto así en mí, ¿Cómo habría sido para el destinatario original?
Tanto M como los que me conocen bien saben que no creo en las casualidades ni en los accidentes. “Todo ocurre por algún motivo, aunque nos cueste verlo”.
Solo quería contar esta pequeña historia :)
PD: Espero que “yo” haya visto cumplidos sus sueños (joder, que raro suena xD)
¿Qué posibilidad habría de llamar y que el otro respondiera? Sería precioso, desde luego ^_^
ResponderEliminarUn besito, me voy pasando por aquí :*