lunes, 25 de noviembre de 2013

Brisa


Esta fresca noche de invierno en la que a veces la temperatura de nuestros cuerpos fluctúa entre el gélido del exterior y la calidez de la alcoba quisiera dedicarle la entrada a vosotros, a los que tenéis la oportunidad de compartir tanto el frescor como el calor con otros corazones.


Porque sé lo bonito que es saber que con una mirada, él se acercará a ti para estrecharte entre sus brazos. Porque sé lo importante que es que solo con un simple gesto ella sepa que lo único que deseas en ese momento es el contacto con su piel. Porque sé lo duro que es a veces la distancia y lo dulce que es siempre compartir las sábanas. Porque como dice la canción “My head’s underwater but I’m breathing fine”.


Siempre habrá mil cosas que quiera deciros, aunque nunca sabré cómo combinar esas tontas 26 letras en algo que no suene a una estupidez. Por eso si algún día mientras os dais mimos me encontráis mirando con una sonrisa, quedaos con eso, porque es mi única forma de deciros que os quiero, que me gusta que os queráis, mas cuando os veo juntos y arropados no puedo sino pensar que para ciertas cosas no hay que rendirse.


Entonces os digo con solo una palabra: “Amaos”. Porque hacéis el mundo más bonito.



PD: Y alguno se preguntará “¿A cuenta de qué viene esta mariconada?”. Pse, viene a cuenta que hace poco escuché eso de “No me gusta tener parejas delante dándose mimos si estoy soltero”, y me parece una gilipollez como un piano :)

sábado, 16 de noviembre de 2013

Vuela

Vuela, recuérdalo siempre. No por los demás, sino por ti mismo. Porque de las espirales a las que caemos solo hay dos formas de salir:

O escalando.
O volando.

It´s your choice.

Hace tiempo, cuando volaba sobre las cabezas de la gente, me preguntaba por qué ellos les cogían tanto apego al suelo, a revolcarse en el barro y a condenarse a sí mismos a no usar sus alas. Se ve que nadie aprende en cabeza ajena ¿eh?

Pero aún así tu lugar está en el cielo, los Dioses decidieron darte alas para usarlas, no para dejar que se te atrofien. Y si necesitas ayuda de otro alado, no temas en pedirla, pero no tires de él hacia abajo, porque correrás dos riesgos: O lo meterás en el lodo, o te abandonará.

Y un consejo:

En el suelo encontrarás a muchos condenados que perdieron sus alas hace mucho. Hablan de volar con ilusión en sus ojos pero no se atreven a elevarse sobre los demás, y esa ilusión en sus ojos puede confundirte y hacerte creer que quieres estar con ellos.

Por eso recuerda:

Vuela.