Everything’s alright
Lo sé, soy un desastre.
Sé que estáis ahí.
Sé que no os digo nada.
Sé que os acercáis para ofrecerme vuestra ayuda.
Sé que últimamente he mordido más de la cuenta... y más fuerte de la cuenta...
Sé que últimamente no he sido yo...
Y supongo que eso es lo peor, que lo sé.
Sé que voy a la deriva, porque tengo miedo de poner un rumbo.
Sé que muerdo, porque tengo miedo de que me muerdan.
Sé que no os cuento nada, porque tengo miedo de que no lo aprobéis.
Sé que me alejo de vosotros, porque tengo miedo de las cosas que me recordáis.
- “Una vez me dijiste que no debía hacer caso a mis miedos” -
Y eso intento, te lo juro.
Llevo más de un año fingiendo lo que no soy... y noto que me pasa factura.
Pero también me es difícil volver a ser yo. Me encuentro en algún punto entre YO y esa isla en la que he querido convertirme.
- “Sigues siendo tú” -
¿Tú crees? No lo sé...
A veces me pregunto cuánto de mí murió en ese primer mes.
A veces me pregunto si salvé lo suficiente.
A veces me pregunto dónde está esa parte de mí que no está conmigo.
Y, los peores días, me pregunto si esa parte se fue con ella...
- “Ella no se llevó nada, deja de decir tonterías” -
Pfff...
Doy pasos cortos, por miedo.
Respiro fuerte, por miedo.
No bajo la guardia, por miedo.
- “¿De qué tienes miedo realmente?” -
Supongo que de no ser capaz de dar el siguiente paso.
Pero lo voy a intentar.
Pero lo estoy haciendo.
Volver a ser quien era.
El chico que hablaba de todo lo que le pasaba.
El chico que confiaba en la gente.
El chico que contaba todo lo que pensaba.
El chico que hacía todo lo que sentía.
Solo te pido un poco paciencia.
Y quizás que me abraces y me susurres al oído un “Todo saldrá bien”.
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