Me
siento extraño, estoy feliz, contento, como si me hubiese quitado un tremendo
peso de encima, quizás es la satisfacción de haber hecho las cosas bien.
Pero
no puedo evitar una sensación de abandono. Soy el rey sin castillo, el
emperador sin imperio, el leñador sin bosque, me siento fuera de lugar en
muchas ocasiones, como si las piezas de mis engranajes no terminasen de encajar
con los demás.
La gente es distinta, se comporta distinta, las caras, unas
nuevas y otras conocidas, hablan un idioma que no termino de entender.
Me
dijeron que esto podía pasar, si pasas demasiado tiempo en el mismo lugar y te
ves en la situación de abandonarlo ves que el resto del mundo ha cambiado.
Aun así
estoy feliz, mis pasos son seguros y aunque dude, sé que todo saldrá bien,
viaje donde viaje, el fin debe ser bueno, solo debo de esforzarme un poco más.
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