- Dominix en escáner.
Aquella voz me sacó de mi trance. Había estado con los ojos cerrados y sólo pendiente de las comunicaciones, que eran un hervidero de órdenes, preguntas e informaciones. “Servicio de Inteligencia” o “Intel” como lo llamábamos nosotros, una maldita pesadilla, si no fuese por los implantes de subproceso cibernético ya me habría vuelto loco.
Mi Drake, un bonito crucero de batalla al que había llamado cariñosamente “Bruja Zorrona” estaba alineado hacia la puerta estelar de Rahadalon que conectaba con Mendori. A apenas 10 kilómetros de ella tenía una visual perfecta de aquel enorme aparato, junto a las naves de mis compañeros de flota. Eramos 6 cruceros de batalla y 2 cruceros estratégicos custodiando aquella puerta, junto a unos pocos restos calcinados de algún pobre que se había atrevido a acercarse a “echar un vistazo” o simplemente pasaba por allí.
- Repite Clon - Le pedí mientras hacía la rutina de comprobación de mi propio escáner
- Dominix en escáner - volvió a decir.
- !No me jodas, Clon! - Se quejó la voz de Revy - ¡No voy a entrar con mi Machariel en Rahadalon con una Dominix en escáner!
- Espera - Recomprobé - Rahadalon está limpio ¿Dónde estás, Clon?
- En Soosat - Ahí empezaron las quejas de Krilock, Fitxa y Quefeo inundando el comunicador
Estábamos en mitad de una operación de relocalización de naves y sólo quedaba la de Revy. Por lo menos dos docenas de acorazados habían atravesado la puerta estelar para aterrizar en la estación de aquél sistema, todos al futuro servicio de Walltreipers. Iba a ser nuestra última maniobra como miembros de la Academia Lynx. Artorius, nuestro mentor y oficial, puso orden.
- Check - Dijo él, y se hizo el silencio - Continuad con la operación, que ya solo queda una nave. Clon, sigue a esa Dominix, me extraña que ande solo de paso por este sector. ¿Te ha visto?
- No señor, estoy camuflado - Respondió Clon alegremente.
- Bien, pues ya sabes que hacer.
Se volvió a hacer el silencio en nuestras comunicaciones de flota y yo volví a la Intel. Eran principalmente avisos de naves cargueras y avisos de flotas de combate. Me hizo gracia cuando escuché a algún pobre diablo quejarse de que le habían destruido la nave en la puerta de Rahadalon-Mendori, “Oups” pensé sonriendo. Pero aparte de eso no había ninguna señal de que viniesen a molestarnos, en el sector se nos temía y con razón, era una pena que nos mudásemos de allí, pero Walt operaba en otra zona.
Los minutos pasaron perezosamente hasta que Revy dió la señal y vimos la puerta iluminarse como un árbol de navidad. El enorme acorazado clase Machariel, una nave pirata atestada de cañones de artillería de proa a popa, apareció junto a nosotros.
Nuestro trabajo era básicamente de escolta. Mendori era un sector de alta seguridad, pero Rahadalon eran “los barrios bajos” y cualquiera podía ser atacado. Por esa razón habíamos cerrado el sistema y estábamos de vigilancia. Las naves que transportabamos eran de gran valor y no queríamos perderlas.
- ¿Estación? - Quiso saber Revy
- Rahadalon IV, Luna 3 - Confirmó Artorius.
La operación salió sin incidente ninguno (bueno, salvo porque puse mis armas apuntando a la nave de Revy para darle un susto, pero lo hice porque sabía que no había peligro ninguno) y la Machariel saltó.
- Clon, informa - Escuché a Aryx, otro compañero de flota.
- Gente, venid a la de YA - Respondió mi hermano de batalla - Este tío está salvajeando unos restos de piratas que ha destruido en una anomalía y tan tranquilo. Tengo una visual perfecta.
- Voy - Dijo Aryx
- Voy - Confirmé yo.
- Voy - Escuché a Krilock.
- Voy - Se animó Quefeo
- Voy - Exclamó Mad
- Voy - Dijo Serghiyo
- Voy - Se apresuró a decir Revy - ¡Esperadme que me subo a mi Interceptor!
- ¡Hey! - Se escuchó la autoritaria voz de Artorius tras aquella cacofonía - ¡Que aún no hemos terminado!
- Luego Jefe, luego - Tachó Clon a su superior - Escuchad, entrad por Soosat pero esperad en la puerta que conecta con Ibash.
Aquello la verdad es que me sorprendió, era la primera vez que Clon se imponía a Artorius de aquella manera, seguramente le esperaría algún tipo de bronca a la vuelta por desobedecer órdenes directas.
Cuando llegué al punto de reunión (con Clon metiéndonos prisa por todo el camino) me encontré con mis compañeros junto a la puerta y por las comunicaciones Clon urdió un plan a toda velocidad.
- Revy, como vas en Malediction entrarás tú primero cuando yo te diga y saltarás a mi posición. Voy a colocarme a 10 kilómetros de esa patata espacial, saltas y le pones punto. Luego entráis todos y saltáis sobre Revy, pero rápido porque sólo somos un ceptor y un bombardero contra un acorazado, como tardéis un segundo de más nos fríe a ella y a mí.
- Roger - Dijimos al unísono.
Y esperamos.
La emoción del silencio antes de la tormenta en New Eden es algo difícil de expresar con palabras. Los tiempos entre los tic tacs del reloj se hacen eternos, como si se dilatase por el calor de la adrenalina amontonándose en tu cuerpo, lista para fluir.
Al escuchar la primera señal de Clon pudimos ver la pequeña nave de Revy desaparecer. Los linces de Waltreipers Shadow empezaron a sentir el olor de la presa, luchando por controlarse y no saltar a la mínima oportunidad.
- ¡Ya! ¡Entrad! - Ordenó Clon.
Entramos por la puerta estelar, que nos arrojó a cientos de años luz de distancia en apenas un segundo, alineamos en dirección a Revy y saltamos.
Y es entonces cuando toda la adrenalina acumulada empieza a fluir como loca por tu cuerpo. Recibo confirmación por parte de la tripulación de que los sistemas de combate están activados y sé que muchos de ellos se encuentran aguantando la respiración y rezando por que salgamos victoriosos. Trescientas sesenta y tres almas aguardando a que mi pilotaje sea perfecto. Pero los linces rabiosos de Walt no les prestan atención, corremos hacia nuestra nueva presa con los ojos inyectados en sangre y deseosos de morder aquella carne de metal.
Cuando empezamos a escuchar a nuestro interceptor quejarse por el comunicador salimos del warp. Nuestro enemigo, aquella bestia de más de cien millones de kilos, intentaba escapar de Revy, que lo orbitaba a toda velocidad, arrojándole sus drones de combate.
- ¡¡Orbitadlo y destruidlo muchachos!! - Se escuchó decir a Aryx desde su Loki, intentando organizar el fuego - Revy, no lo sueltes, yo me encargo de esos drones. ¡¡Y cuidado con los pecios!!
La zona, una base militar de los piratas de la Nación Sansha, había sido reducida a escombros y cientos de restos de acorazados y cruceros rodeaban la zona de combate. Su aviso llegó justo a tiempo para que esquivase un pecio de lo parecía haber sido una Nightmare.
Cuando nuestras armas empezaron a disparar, aquél piloto (una tal Hukimo) nos empezó a suplicar clemencia, pero era tarde. Había caído bajo las garras de los Linces, en aquella región teníamos una reputación, e íbamos a mantenerla.
Las Hurricane de Fitxa y Serghinyo empezaron a escupir proyectiles sólidos contra el casco de aquel amasijo metálico al tiempo que Harbinger de Quefeo y Mad activaron sus cañones láser, haciendo blanco en los escudos y colapsándolos casi al instante.
Pude ver como todas los indicadores de estado de mi escáner que estaban fijos en la Dominix se volvían rojos al tiempo que los misiles de la Tengu de Krilock y de mi Drake hacían impacto sobre ella.
Aquel gran acorazado no tuvo oportunidad desde que Clon lo localizó, por algo es tan temido en el sistema de Sosala. ¿Su reputación? Todo a lo que rastrea muere tarde o temprano (normalmente temprano). Finalmente, cuando sus sistemas no pudieron más, estalló en mil pedazos en una bola de fuego generado por el último disparo de Aryx.
Saqueamos el pecio, y volvimos a casa contando los Iskas que habíamos ganado entre risas. No era gran cosa, apenas un millón para cada uno pero ese nunca había sido nuestro objetivo real. Nuestro verdadero premio era la caza y la notoriedad que ello causaba.
Nos reunimos en la estación de Rahadalon y entre risas fuimos a celebrarlo como siempre a la cantina, donde nos conocían y donde solíamos gastar buena parte de nuestro sueldo en bebidas, comida y cálida compañía. Los nueve Capsulers nos encontramos a la salida de nuestros respectivos hangares, comentando la anterior jugada.
- ¡Eres un hacha Revy, qué cojones le echas! - Exclamó nuestra compañera Aryx a la piloto Revy y dándole un abrazo.
- ¡Hey! ¡No lo habría logrado si no fuese por el petardo de Clon! - Respondió ella librándose del abrazo y empujando amigablemente a su compañero cazador.
- Tengo el análisis de daños - Comentó Aryx mostrando su monitor - ¡Krilock, eres un bestia!
- Ya sabes, “supertengu” - Inquirió el muchacho - Pero tú te llevaste el último impacto, cacho perra.
El camino lo hicimos entre risas que cesaron cuando vimos a Artorius esperando por nosotros, su rostro serio y de ceño fruncido no pronosticaba nada bueno. Los siete hombres y las dos mujeres quedaron congelados en el dintel de la puerta automática. No hacía mucho que su comandante de corp había dado los nombres de los que habían aprobado con honores y se diplomaban en la academia de guerra de Lynx pero el evento no se había celebrado aún. ¿Relegaría a los pilotos a estudiar otro año más como castigo a su desobediencia?
- Bueno, veo que tenéis una historia que contar - Dijo al fin relajando el rostro en una sonrisa.