viernes, 17 de mayo de 2013

Pensamiento Barato IV


Anoche recordé una promesa, una idea tonta que surgió hace muchos años, un plan de futuro que hice con otra persona. Era nuestro pequeño secreto, un viaje lejos de nuestras raíces y algo endiabladamente loco. Guarde este secreto incluso a mi mejor amiga simplemente porque quería que fuese algo nuestro nada más, y aunque ya no sea algo importante ni tampoco un secreto no suelo hablar de aquel plan, hasta ayer. Y no pude evitar sonreír.

Porque a veces lo que necesitas no es una cara conocida ni un viejo amigo, sino un rostro nuevo y absolutamente desconocido.

Y a lo mejor ¿Quién sabe? Me suba a un avión y cumpla mi parte de aquella promesa, aunque está ya no tenga ningún valor.

Simplemente porque el plan molaba.

1 comentario:

  1. Como que "aunque está ya no tenga ningún valor"? Cualquier cosa que consiga arrancar una sonrisa vale mas que todo el oro del mundo.

    P.D. La "otra persona" si no esta que se vaya ha hacer puñetas por pencurria

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