Llevas
tres pasos, te sientes fuerte, cual castillo junto al acantilado, desafiando a
la implacable montaña. Das asilo a tus amigos, los cuales algunos parecen
pasarlo peor que tu, los cobijas, los proteges, los consuelas. Algunos de ellos
parecen sufrir con estos cambios y tú les muestras como las cosas no son tan
malas como ellos creen. Una noche sales a la calle dispuesto a seguir con la
cadena. Ves caras nuevas, muchas desconocidas, otras que empiezas a conocer.
Una de ellas se sor
prende de las noticias que traes, dice que no se lo esperaba
y se sorprende de la entereza con la que portas los mensajes. Te presenta a
otras caras y esta noche simplemente te dejas llevar. Es un paso interesante,
porque llega un momento en el que todo te importa un cuerno. Lo que no esperas
es lo que te acecha de cerca, lo que no sabes es que la siguiente losa es
simplemente, más pesada.
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